Argentina-Indonesia: fortalecimiento de las relaciones comerciales y despertar del interés político en el marco de una estrategia Sur-Sur.1

Argentina, Indonesia: strengthening trade relations and political awakening of interest in the context of South-South strategy

María Florencia Rubiolo2

 

1 El presente trabajo es resultado parcial del proyecto de investigación "Las vinculaciones entre Argentina y el Sudeste de Asia. Análisis de la articulación entre las relaciones comerciales y la política exterior argentina entre 2008-2012", que se desarrolla en el CIECS (CONICET Y UNC).

2 Doctora en Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario. Investigadora asistente, Centro de Investigaciones y Estudio sobre Cultura y Sociedad (CIECS) – CONICET y UNC, Argentina. Profesora titular de Historia de las Relaciones Internacionales, Universidad Católica de Córdoba. Correo electrónico: frubiolo@gmail. com

Recibido: 02/10/2013 Modificado: 24/02/2014 Aceptado: 25/03/2015


Resumen

El sudeste de Asia (SEA) ha comenzado a ocupar un lugar de cada vez mayor relevancia en las agendas exteriores de los países sudamericanos, y Argentina no es una excepción en este fenómeno. De hecho, la participación de los mercados del SEA en el comercio externo del país ha atravesado un pronunciado incremento desde 2003 hasta la actualidad. En este trabajo nos interesa explorar el devenir de las relaciones Argentina-Indonesia desde mediados de 2000 en adelante, analizando la profundización de los intercambios comerciales, los ajustes en las estrategias de acercamiento bilateral y los posibles escenarios bilaterales futuros dentro del marco de las vinculaciones Sur-Sur. El artículo se divide en tres secciones principales, en las cuales se abordan las vinculaciones bilaterales a partir de las dimensiones económico-comercial, político-diplomática y cultural.

Palabras Clave: Política exterior Argentina; Indonesia; relaciones Sur-Sur; diversificación; comercio exterior; política económica.

Clasificación JEL: F10, F59


Abstract

Southeast Asia has started to hold a more relevant place in South America's foreign agendas, and Argentina is no exception in this trend. In fact, SEA markets participation in the country's external trade has increased since 2003. In this paper we aim to explore the development of Argentina-Indonesia relations since 2000 onward, analyzing the deepening of trade exchanges, the adjustments in the bilateral strategies and possible future scenarios from a South-South perspective. The article is divided in three main parts: economiccommercial relations, political-diplomatic ties and cultural links.

Keywords: Argentina foreign policy; Indonesia; South-South relations; diversification; foreign trade; political economy.

JEL Classification: F10, F59


Introducción

El Este de Asia se ha convertido, en los últimos 15 años, en una región central para la estrategia de inserción comercial argentina. El socio que mayores esfuerzos locales concentró en la región, consecuencia de su mayor porcentaje de participación como destino de las exportaciones argentinas, ha sido China. No obstante ello, en los últimos años hemos comenzado a observar una participación relativamente creciente de mercados más pequeños de Extremo Oriente, en comparación con una relativa declinación de la participación del gigante asiático como receptor de nuestra producción.

Como consecuencia de este doble proceso, Indonesia se convirtió, en 2009, en el segundo mayor destino de las exportaciones argentinas en el continente asiático. En 2010 las exportaciones dirigidas a China representaron el 8.5% del total vendido al mundo, mientras las dirigidas a Indonesia dieron cuenta del 1.25%. En 2011, las ventas hacia el primer socio asiático disminuyeron a un 7.4%, en tanto que las dirigidas al segundo alcanzaron el 1.8% del total mundial.

El crecimiento de la participación de Indonesia –un mercado no tradicional en el comercio exterior argentino– en el esquema comercial del país, ha repercutido también en otras dimensiones de las relaciones bilaterales. En este sentido, se han implementado políticas de acercamiento a nivel legislativo, diplomático y económico-comercial que contaron con la participación de funcionarios argentinos de alto rango, incluso con la presidencial.

Sin dudas, se ha producido en estos últimos cinco años una rejerarquización de Indonesia en la agenda externa argentina. Este proceso puede explicarse por el mayor dinamismo adquirido por las relaciones comerciales, así como por el interés argentino de fortalecer las vinculaciones Sur-Sur a nivel global –como estrategia orientada a diversificar la tradicional inserción dependiente de grandes socios– en un escenario internacional favorable a esta política. Desde la contraparte asiática, se observa, asimismo, una actitud proclive al fortalecimiento de los lazos bilaterales también en el marco de un discurso Sur-Sur de parte del ejecutivo indonesio. Los ámbitos en los que se observó un mayor acercamiento en los últimos años fueron en el G20, en la Organización mundial de Comercio (OMC) y en el Foro para la Cooperación de América Latina y Asia del Este (FOCALAE).

En este trabajo el interés se centra en explorar el devenir de las relaciones Argentina- Indonesia desde mediados de 2000 en adelante, analizando la profundización de los intercambios comerciales, los ajustes en las estrategias de acercamiento bilateral y los posibles escenarios bilaterales futuros. Todo ello a la luz de los conceptos de vinculaciones Sur-Sur, diversificación comercial y política exterior, consideradas herramientas en la búsqueda de un mejoramiento del posicionamiento internacional del país.

 

¿Cooperación Sur-Sur o vínculos Sur-Sur?

La cooperación Sur-Sur, que había surgido en los setenta como contraposición a los vínculos Norte-Norte y Norte-Sur,3 volvió a florecer en tiempos recientes, como estrategia de posicionamiento internacional para los países del mundo en desarrollo, principalmente para América Latina y algunos países del Este de Asia. En línea con lo que plantea Lechini (2009), el fracaso de las recetas neoliberales del Consenso de Washington y sus consecuencias socioeconómicas nefastas para los países de América Latina –entre otras partes del mundo en desarrollo– ha favorecido la búsqueda de alternativas para alcanzar el desarrollo que se aleje de las fórmulas propuestas por organismos financieros internacionales y potencias centrales. Fórmulas que contemplen las heterogeneidades de los países en desarrollo, que propugnen una mayor participación del Estado en la economía, que favorezcan el crecimiento a través de la cooperación en esquemas regionales y que permitan reducir los márgenes de dependencia respecto de las potencias, a diferencia de lo que planteaba la fórmula neoliberal de las últimas décadas del siglo XX.

La crisis económica mundial comenzada en 2008 vino a profundizar esta búsqueda de diversificar los vínculos, particularmente en los países del Sur, dado el fuerte impacto que la misma tuvo en los países centrales, economías sobre las cuales depende la inserción comercial del mundo en desarrollo. La crisis puso en clara evidencia la vulnerabilidad que genera la dependencia sobre escasos socios ante una situación de inestabilidad. La diversificación, particularmente en su acepción comercial, se ha convertido de este modo en una de las estrategias centrales en los Estados latinoamericanos y asiáticos. De acuerdo a Simonoff (2009), para Argentina la diversificación es uno de los ejes centrales de su política exterior, establecida como tal en la presidencia de Néstor Kirchner. Las palabras del Ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, muestran la continuidad de este eje: "…es necesario redoblar los esfuerzos en la promoción de exportaciones de productos con mayor valor agregado y, al mismo tiempo, diversificar los destinos de exportación, poniendo énfasis en la apertura de nuevos mercados en aquellos países emergentes de crecimiento acelerado, como lo hemos venido haciendo durante este año". (Timerman, 2012). Debe resaltarse que la diversificación apunta a una búsqueda unilateral de mejorar el posicionamiento internacional a través de la disminución de la vulnerabilidad a cambios externos, particularmente en la dimensión comercial. Por su parte, la cooperación Sur-Sur se entiende como una estrategia cooperativa entre dos o más Estados, y de naturaleza esencialmente política. De acuerdo a Lechini (2012), la cooperación Sur-Sur puede definirse como: "…una cooperación política que apunta a reforzar las relaciones bilaterales y/o a formar coaliciones en los foros multilaterales, para obtener un mayor poder de negociación conjunto, en defensa de sus intereses. Se basa en el supuesto que es posible crear una conciencia cooperativa que les permita a los países del Sur reforzar su capacidad de negociación con el Norte, a través de la adquisición de mayores márgenes de maniobra internacional y con ellos, mayor autonomía decisional, para afrontar y resolver los problemas comunes. Es una construcción política que por su propia naturaleza requiere de ciertos supuestos básicos comunes (likemindedness)". (Lechini, 2012, p. 18).

La cooperación Sur-Sur, así definida, puede adoptar diferentes tipologías. En función del número de participantes, puede ser bilateral o multilateral. En función de la ubicación geográfica de los países puede ser regional, interregional o transregional. Y en función de las dimensiones que incorpora se la puede clasificar como técnica, científico-tecnológica, económica-comercial y académica, entre otras.

Ahora bien, Argentina ha mostrado, en los últimos años, un creciente interés por este tipo de cooperación y en función de ello se han implementado numerosas iniciativas dentro de los tres ejes que el FO.AR (Fondo Argentino de Cooperación Sur-Sur y Triangular) ha es tablecido como centrales: Administración y gobernabilidad, Derechos Humanos y Desarrollo Sustentable (FO.AR, 2014). Los proyectos de cooperación son en su mayoría bilaterales y llevados a cabo con contrapartes de América Latina y el Caribe. En el caso del Sudeste de Asia, sólo dos países han participado como contrapartes en proyectos de cooperación: Tailandia y Vietnam.

En suma, la cooperación Sur-Sur entre Argentina y los países del Sudeste de Asia aún se encuentra en un estadio inicial. Las vinculaciones con esta región se centran en los vínculos comerciales, con un claro interés de ambos lados de reforzar estos lazos y con la utilización de un discurso que alude a las características compartidas principalmente a partir de un mismo posicionamiento internacional en el hemisferio Sur.

Las relaciones de Argentina con Indonesia en los últimos años se enmarcan dentro de la prioridad estratégica que para Argentina han adquirido los vínculos con países del Sur, principalmente desde la dimensión económica-comercial. Sin embargo, la cooperación Sur-Sur con este país no se ha desarrollado aún, a pesar del potencial que tiene esta herramienta en este caso, dado el posicionamiento de ambos países en sus respectivas regiones. En los próximos apartados analizaremos cuáles han sido las principales iniciativas económico-comerciales, políticas y culturales que se han implementado desde Argentina en el esfuerzo por fortalecer los vínculos con Indonesia, y luego arrojaremos luz sobre los principales desafíos que se presentan a la implementación de iniciativas de cooperación Sur-Sur.

 

Argentina en el Sudeste de Asia

Las relaciones de Argentina con el Sudeste de Asia, en su conjunto, han tenido un desarrollo tímido en años previos a los noventa. Recién en esa década se desarrolló un nuevo interés por esta región, que en ese momento atravesaba uno de sus mayores períodos de crecimiento económico que le valieron la denominación de "milagro económico".4 El interés de Argentina en el área se materializó a través de numerosas iniciativas oficiales como visitas presidenciales –en 1995, 1996 y 1997–, misiones comerciales, misiones tripartitas, entre otras, que alcanzaron a casi todos los países de la región. Sin embargo, desde finales de los noventa se produjo una notable disminución de acciones de política exterior hacia la región, en contraste con el creciente flujo de intercambios comerciales – particularmente de exportaciones argentinas– que se profundizó desde 2002-2003.

La interrupción de las iniciativas que se habían implementado en el ámbito de la política exterior hacia el SEA desde principios de los noventa fue consecuencia tanto de la coyuntura asiática como del acontecer económico en Argentina. El estallido de la crisis económica de 1997-1998 en el Sudeste de Asia debilitó las economías de la región, lo que repercutió en sus niveles de demanda afectando a las importaciones, entre ellas las procedentes de Argentina. De mayor repercusión fue el derrumbe del modelo de desarrollo como ejemplo a emular por los países menos desarrollados de América Latina, que en los noventa había sido unos de los mayores incentivos para los acercamientos a esa remota región.

Por su parte, Argentina comenzó a atravesar, hacia finales de los noventa, un proceso de estancamiento económico, que llegó a su punto culmen en la crisis de 2001. También repercutió en los intercambios comerciales del país con la región, prolongando de esta manera un período de declive que había comenzado con la crisis asiática. A su vez, la crisis económica favoreció una reducción del presupuesto destinado a las distintas dependencias gubernamentales, entre ellas la de Cancillería. Como consecuencia inmediata, se llevó a cabo el cierre de numerosas embajadas –entre ellas la de Singapur– y la reducción del personal destinado a las representaciones en el exterior.

Una vez que los mercados orientales se recuperaron de la crisis, el SEA se volvió a constituir en un polo de desarrollo comercial e industrial. Argentina, luego de la devaluación de 2002, ingresó en una espiral de crecimiento económico sostenido fundamentalmente en el modelo agroexportador. Estas condiciones contribuyeron a robustecer los vínculos comerciales multiplicando la participación de los mercados del SEA como destinos de las exportaciones argentinas. En ese mismo período, a pesar del mayor dinamismo que habían adquirido los vínculos comerciales, las iniciativas de política exterior argentina hacia la región fueron marcadamente escasas.

Las vinculaciones con Indonesia deben comprenderse en este contexto más amplio de relaciones, donde el eje comercial se convirtió en la directriz y las relaciones políticas mantuvieron una tendencia fluctuante entre los impulsos de los noventa, el bajo perfil de la primera década de los 2000 y el revitalizado interés comercial y político diplomático del último trienio.

 

Las relaciones comerciales bilaterales

La inserción de Argentina en el Este de Asia ha tenido como eje principal el económico comercial. Ello se enmarca en una tendencia presente en toda la región latinoamericana de fortalecimiento de las relaciones con Asia, principalmente con China, como socio económico alternativo a Estados Unidos y Europa. Los casos de Brasil y Chile confirman esta tendencia: China se posicionó como el principal destino de las exportaciones chilenas a partir de 2007 –superando ese año a Estados Unidos y Japón–, y de las exportaciones brasileras a partir de 2009 –desplazando de ese lugar a Estados Unidos– (UNComtrade, 2012). La crisis económica de 2008 fortaleció esta tendencia de acercamiento comercial entre América Latina con el Este de Asia (Asian Development Bank, 2012) y demostró a ambas regiones la trascendencia de estos vínculos frente a la depresión económica de sus socios tradicionales.

La relación comercial de Argentina con el Sudeste de Asia se ha caracterizado por su sostenido dinamismo en la última década. Las exportaciones argentinas a esta región se multiplicaron entre 2002 y 2011, pasando de un valor total de 833 millones a 4,587 millones de dólares.5 Los mercados del SEA se convirtieron así en uno de los principales destinos de las exportaciones argentinas, con una participación del 5.67% en 2012.

Los datos presentados muestran la creciente relevancia que el SEA tiene para el comercio exterior argentino desde principios del actual siglo. En este escenario, el rol de cada uno de los países de la región ha sido distinto, aunque en todos los casos se ha observado una participación incremental.

El caso de Indonesia resulta remarcable porque en 2009 se convirtió en el principal destino de las exportaciones de nuestro país en el SEA (ver Gráfico 1). Entre 1998 y 2003 las exportaciones hacia este país no alcanzaron el 0.03% del total vendido por Argentina al mundo, en la actualidad esta cifra es del 1.8%. Este remarcable incremento fue producto de una combinación de variables, entre las cuales se encuentran la recuperación económica de Indonesia, luego de la profunda crisis económica y política en la que se sumió el país en los años posteriores a la debacle asiática de 1997, y la de Argentina luego de la crisis de 2001; el abandono de esta última del esquema de convertibilidad a comienzos de 2002 que había atado el peso al valor del dólar por una década; los cambios tecnológicos introducidos en la industria agropecuaria en Argentina que permitieron una mayor productividad del complejo agrario, y las condiciones de la estructura de producción en Indonesia –uno de los mayores productores de carne aviar en el mundo–.

También debe destacarse que entre 2009 y 2012 las exportaciones hacia Indonesia crecieron a un ritmo mucho mayor que las dirigidas a los demás países de la región, e incluso que las ventas globales argentinas. Mientras en 2009 el monto exportado fue de 604 millones de dólares, en 2012 esta cifra ascendió a 1,634 millones.

El Gráfico 2 muestra el desarrollo de los intercambios bilaterales en la última década. Una de las principales características del mismo es la balanza superavitaria para Argentina, un fenómeno que se acentuó a partir de 2008. El incremento de las exportaciones hacia Indonesia no fue acompañado por un aumento paralelo de las importaciones procedentes de ese país generando una relación comercial asimétrica, favorable a Argentina. Esta configuración de las relaciones comerciales –que caracterizamos, siguiendo a Keohane y Nye (1988), como de interdependencia asimétrica– tiene implicancias tanto económicas como políticas para la inserción Argentina en la región. Si analizamos los indicadores presentados a la luz del concepto de diversificación de socios comerciales, vemos que la mayor participación de Indonesia como destino de las ventas argentinas es muestra de una tendencia incipiente de diversificación de las exportaciones hacia el Este de Asia que previamente mostraba un patrón de mayor concentración en grandes socios, como China. La menor dependencia en escasos socios favorece la ampliación de los márgenes de autonomía, en este caso del comercial, al disminuir la vulnerabilidad a cambios externos (Sahni, 2011, p. 179).

La mayor participación comercial de Indonesia en el comercio argentino se inscribe dentro de la política declarada por funcionarios argentinos que prioriza la diversificación de destinos comerciales revitalizando las vinculaciones Sur-Sur, como pilar de la inserción económica internacional. En palabras del Canciller Héctor Timerman, el aumento de las exportaciones a nivel global, y particularmente las dirigidas a mercados asiáticos, son "consecuencia derivada de políticas comerciales dirigidas a la diversificación de destinos y orígenes para nuestro comercio, tales como el mundo árabe, el sudeste asiático y China…" (MRECIC, 2011).

Indudablemente, el sudeste de Asia se ha convertido en un socio de mayor protagonismo en el comercio exterior de Argentina, y cuyo nivel de participación se encuentra en constante ascenso. Dentro de esa región, Indonesia es el mayor socio, lo que lo convierte en prioridad dentro de la agenda no sólo económica sino también política de Buenos Aires. Ahora bien, en cuanto a la composición de las exportaciones argentinas, la primera característica que debe subrayarse es la alta concentración en escasos productos que presentó la canasta nacional. Este rasgo se ha mantenido a lo largo de la relación comercial, y contrastó con la matriz más diversificada de las importaciones argentinas procedentes de Indonesia. El producto que mayor parte de las ventas concentró en el período 2007-2011 fueron los residuos de aceite de soja o pellets.6 En 2007 dieron cuenta del 63% de las ventas argentinas, en 2009 esta cifra ascendió a 84%, y en 2011 descendió a 60%, acompañado de un incremento relativo de las ventas de maíz –segundo producto exportado– y, particularmente, de tubos de acero –tercer producto–. El maíz pasó de representar el 15% de lo vendido en 2010 al socio asiático al 25% en 2011, mientras que la venta de tubos se quintuplicó, pasando de 10.2 millones de dólares –1.2% del total– a 50.7 millones –3.3%– en los mismos años.

Ahora bien, debemos considerar también, desde una visión Sur-Sur, que la alta concentración de las exportaciones argentinas en commodities y en Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), pone en evidencia que la diversificación de socios no es suficiente para romper con el esquema de inserción de exportación primaria. Aunque Indonesia y Argentina son ambos países del Sur, el comercio entre ellos es interindustrial –Argentina importa manufacturas, en su mayoría industriales, y exporta commodities y MOA–. Este tipo de intercambio –que se evidencia en mayor profundidad en el comercio de Argentina con China– refuerza la división del trabajo entre países más y menos desarrollados dentro del amplio y heterogéneo grupo de los países del Sur (Keet, 2006).

Las condiciones domésticas y externas a nuestro país que favorecieron la multiplicación de los montos exportados hacia Indonesia –una tendencia presente en las ventas hacia todas las mayores economía del SEA desde 2003– no incluyeron en una primera instancia el acercamiento político diplomático, que recién comenzó a despertarse ante las contundentes cifras del comercio bilateral. La visita del Canciller Timerman a Indonesia en septiembre de 2012 y la posterior visita presidencial a Yakarta en enero de 2013, son indicadores de este fenómeno.

Ambas visitas pusieron de manifiesto la relevancia que ha adquirido este mercado para la diplomacia argentina, en consonancia con el incremento de su participación en el comercio externo. El siguiente apartado se concentra en la dimensión político-diplomática de las relaciones bilaterales, con especial énfasis en los últimos desarrollos acaecidos en ese ámbito.

 

Las relaciones político-diplomáticas: el eje revitalizado desde la Argentina

El repliegue de las acciones de política exterior hacia el Sudeste de Asia desde principios de los 2000 –consecuencia en su mayor parte de la crisis política, económica e institucional atravesada por nuestro país– comenzó a ser revertido hacia finales de la década.

El viaje de Timerman a Indonesia –en septiembre de 2012– se inscribe en este contexto de incipiente profundización de los vínculos bilaterales en el plano político y de un salto cuantitativo, sin precedente, de las exportaciones argentinas al país oriental. La agenda constó de una reunión en la Cámara de Comercio e Industria de Indonesia, una visita al Ministerio de turismo y economía creativa, y una reunión con su par, Marty Natalegawa, en Pancasila Building, sede del Ministerio de relaciones exteriores del país (MRECIC, 2012). En las conversaciones entre Timerman y su par indonesio se resaltó la necesidad de profundizar los vínculos comerciales, se subrayó la importancia estratégica de ambos países en sus respectivas regiones, la comonalidad de posturas frente a la cooperación Sur-Sur y desde Indonesia se reiteró el apoyo a Argentina en la cuestión de Malvinas (Jakarta Post, 2012,). La visita de Timerman fue sucedida por el viaje presidencial en enero de 2013. El último jefe de Estado argentino que visitó el país fue Carlos Menem en 1996. De allí en más los lazos y las visitas oficiales se mantuvieron a través de intercambios políticos de menor jerarquía y de la interacción en foros multilaterales. La visita presidencial del pasado enero, largamente esperada y auspiciada por los funcionarios diplomáticos de la Embajada argentina en Yakarta, fue un claro indicio de la relevancia que el país del Sudeste de Asia adquirió para la inserción comercial internacional de Argentina en los últimos años.

El viaje oficial a Indonesia se inscribió en la Gira a Oriente que tuvo también como destinos los Emiratos Árabes Unidos y Vietnam. Junto con la primera mandataria, participaron de la gira el Canciller Héctor Timerman y el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Este último asistió acompañado de una comitiva de más de 200 representantes empresariales.

Cristina Fernández mantuvo conversaciones con su par indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono. Las mismas giraron en torno al interés que el fútbol de Argentina despierta en Indonesia –se retoma sobre este punto en el apartado sobre lazos culturales–, y a las potencialidades que ambos mandatarios perciben en las relaciones bilaterales. De acuerdo a fuentes argentinas, uno de los principales objetivos de la visita al país asiático fue: "profundizar los lazos políticos y comerciales con su par de Indonesia". Asimismo, se sostiene que "El interés es mutuo: el país asiático ve a la Argentina como un posible socio que le permita expandir su presencia en América Latina". (Los Andes, 2013).

Otros temas abordados en la reunión de mandatarios fue la participación en organismos multilaterales. Yudhoyono subrayó que "Indonesia y Argentina son miembros del G20. Ambos hemos acordado utilizar mecanismos Sur-Sur para mejorar nuestro roles a nivel global"7 (Jakarta Post, 2013).

De forma previa a la llegada de la Jefa de Estado, el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman y su par de Indonesia, Marty Natalegawa mantuvieron en Jakarta un encuentro de trabajo para ultimar los detalles de la agenda presidencial. En la ocasión, Timerman señaló que, que existe con el gobierno de Jakarta "una relación muy intensa de trabajo, en el grupo del G-20 y también en la OMC, donde tenemos posiciones muy similares". (Los Andes, 2013).

Entre los principales resultados del viaje oficial se encuentra la firma de tres acuerdos bilaterales. El primero de ellos es el Acuerdo sobre Servicios Aéreos en virtud del cual se conceden derechos para establecer servicios aéreos regulares internacionales. Dichos derechos son: el de volar sobre el territorio de la otra parte sin aterrizar, el de hacer escalas en el territorio de la otra parte para fines no comerciales, el de desembarcar y embarcar en el territorio del otro, tráfico internacional de pasajeros y cargo. Esto excluye la posibilidad de trasladar pasajeros y carga de un punto del territorio a otro dentro del mismo. Es decir, se mantiene la política de cielos cerrados. A estos afectos, ambos países seleccionarán una línea aérea por país habilitada para operar en los aeropuertos de la otra (MRECIC, 2013a). Se rubricó, asimismo, un Memorando de entendimiento sobre cooperación en materia agrícola entre el Ministerio de agricultura, ganadería y pesca de la República Argentina y el Ministerio de agricultura de la República de Indonesia, orientado a promover el comercio de productos agroalimentarios, maquinaria e insumos para la industria agroalimentaria. Las acciones para promover la cooperación se llevarán a cabo mediante el intercambio de información estadística y táctica, y la transferencia de tecnología. Además de la promoción de relaciones entre las empresas del sector y la capacitación (MRECIC, 2013b).

Por último, se firmó un Memorándum de entendimiento entre el Ministerio de Relaciones exteriores y Culto de la Argentina y la Junta coordinadora de inversiones de la República de Indonesia sobre cooperación en Inversiones (MRECIC, 2013c).

En cuanto a la misión comercial, encabezada por Moreno, debe resaltarse que las empresas que participaron de la misma fueron, además de algunas grandes compañías, pequeñas y medianas empresas. De estas últimas –la mayor parte con experiencia en exportación–, muy pocas cuentan a Indonesia entre los países de destino de sus exportaciones.

Dentro de la nómina de empresas que asistieron a la misión encontramos que los rubros más representados fueron las exportadoras de maní, de vino, de miel y de aceites. Entre éstas, algunas de las participantes fueron Aceitera Martínez, Bunge, Nidera, la Cámara Argentina del Maní8 y Vitícola Cuyo. Sin dudas, el sector alimenticio fue el más representado en la misión, con más de cien representantes de productos del sector. Sin embargo, también encontramos empresas exportadoras de otros rubros como de cuero y calzado –entre ellas la Cámara de la Industria del Calzado y Adidas Argentina–, y productos de construcción –entre ellas, Indelval, Degacor y Patagonia Flooring and Decks–. Puede observarse la presencia de empresas de diversos rubros, con una alta representación de empresas de medianas dimensiones y sin experiencia en la exportación a mercados como el indonesio. En la composición de la misión comercial evidenciamos el interés estatal de dar mayor diversidad a la composición de las exportaciones, así como a las empresas que participan en este flujo comercial.

En el plano multilateral, también Argentina ha mantenido una sostenida interacción con el Sudeste de Asia, y con Indonesia en particular. La última reunión del Foro de Cooperación de América Latina y Asia del Este (FOCALAE) se llevó a cabo en Bali los días 13 y 14 de junio de 2013. Nuestro país participa del FOCALAE desde 1999, año de fundación del organismo birregional. En ese período, Argentina fue el único país latinoamericano designado como coordinador regional por dos períodos, el último de ellos finalizó en 2011. Para el país, el principal interés en el FOCALAE radica en la complementariedad económica entre ambas regionales y en las posibilidades de intercambio tecnológico (MRECIC, 2013d).

En la última cumbre del Ministro de Relaciones Exteriores en Bali, el Canciller Timerman resaltó que "FOCALAE es el escenario apropiado para profundizar la cooperación Sur-Sur, a fin de identificar y desarrollar juntos, la mejor forma de responder a los desafíos de desarrollo de un mundo en constante cambio", subrayando la necesidad de fortalecer las vinculaciones entre estas dos regiones "que más han crecido en los últimos años y que han demostrado poder resistir a la crisis [internacional]" (Títulos regionales, 2013).

De acuerdo a fuentes oficiales, "uno de los principales proyectos aprobados dentro de la Declaración fue una propuesta argentina, consistente en crear una Base de Datos de Oportunidades de Inversión del FOCALAE, en la que los 36 miembros incorporarán proyectos de inversión para su difusión entre los demás países del Foro" (MRECIC, 2013e). Luego de las reuniones multilaterales, Timerman mantuvo conversaciones con su par indonesio, Natalegawa, "en la que compartieron su preocupación por las crecientes barreras comerciales que imponen los países desarrollados. Analizaron específicamente el caso del biodiesel, dado que la Argentina e Indonesia son países que se ven afectados directamente por la existencia de medidas proteccionistas diseñadas para restringir la comercialización en la Unión Europea de dicho producto. Ambos cancilleres decidieron continuar trabajando coordinadamente para preservar el acceso del biodiesel al mercado europeo" (MRECIC, 2013e).

Los últimos desarrollos en las vinculaciones bilaterales entre Buenos Aires y Yakarta ponen en evidencia un ajuste en la política exterior argentina orientada hacia una profundización de los lazos con este socio asiático, que se ha convertido en uno de los principales destinos de las exportaciones locales. En trabajos anteriores hemos resaltado que este ajuste respondía a "la relevancia que toda la región del Sudeste de Asia ha adquirido para la inserción comercial de nuestro país. Es indudable que el fortalecimiento de los vínculos comerciales que se produjo como consecuencia del incremento sustancial de las exportaciones argentinas, se convirtió en el principal incentivo para un mayor acercamiento político. Es decir, el interés político diplomático por la región sucedió al crecimiento de los intercambios comerciales, en vez de precederlo" (Rubiolo & Ramoneda, 2012, pp. 80-81).

El último año ha mostrado una continuidad, e incluso una mayor actividad, en el plano político diplomático desde Argentina hacia Indonesia. Este último período, desde 2007-2008 en adelante, resulta auspicioso en términos de profundización de los vínculos bilaterales y del interés despertado en Buenos Aires por este lejano país. La continuidad en los esfuerzos de acercamiento y el mantenimiento de las interacciones en el plano bilateral y multilateral –fundamentalmente a través del FOCALAE–, se convertirán en pilares fundamentales para la constitución de una política exterior hacia Indonesia –como principal representante del SEA para nuestro país– que más allá de seguir al desempeño comercial, pueda también direccionar los logros comerciales hacia una mayor diversificación productiva, intercambio tecnológico y participación de diversas empresas. Es decir, que las acciones políticas agregadas conformen un modelo de acercamiento a la región que pueda guiar, y no sólo ser seguir, la inserción comercial.

 

Lazos Culturales: El más relegado de los ejes bilaterales

Dentro de las dimensiones de política exterior, tanto desde Argentina como desde Indonesia, las de naturaleza cultural han sido una de las de menor relevancia y actividad. Las iniciativas culturales han estado confinadas a espacios acotados, en muchos casos privados –básicamente el fútbol y, de manera incipiente, el tango–, lo que ha redundado en un bajo nivel de conocimiento mutuo, a pesar de los crecientes intercambios comerciales y la mayor actividad política bilateral. La baja intensidad de las vinculaciones en esta esfera –en la cual incluimos también los aspectos académicos, artísticos y deportivos– dificulta la superación de las distancias culturales, lingüísticas, geográficas, entre otras, que separan a Yakarta y Buenos Aires. A su vez, imposibilita la construcción de intereses comunes o compartidos, dado que los mismos –desde una perspectiva constructivista– se cimentan sobre la existencia de estructuras de conocimiento compartido, un elemento cuasi inexistente en esta relación bilateral.

La escasa relevancia otorgada a temas culturales ha tenido estrecha relación con dos fenómenos. El primero de ellos, al hecho de que el interés político argentino por fortalecer los canales de interacción con Yakarta son una iniciativa relativamente reciente y tienen íntima relación con el crecimiento de los flujos comerciales y la importancia que Indonesia ha adquirido como destino de las exportaciones. Es decir, las visitas oficiales y demás acciones de política exterior han tendido a concentrarse en fortalecer la ya establecida y creciente relación económico-comercial, relegando, por el momento, otras dimensiones de las vinculaciones mutuas.

No obstante lo antedicho, resulta relevante presentar las acciones que se han implementado en el ámbito cultural que pueden tomarse como puntapiés para una futura profundización o multiplicación. Las relaciones en el ámbito deportivo entre Argentina e Indonesia tienen relativa importancia. En esa área se ha suscripto un "Memorándum de entendimiento entre el gobierno de la República Argentina y el gobierno de la República de Indonesia en materia de deportes", que se encuentra en vigencia desde julio de 2009. El mismo fue firmado con el deseo de alentar y desarrollar las relaciones de amistad a través del intercambio de programas, experiencias, habilidades, técnicas, información, documentación y conocimiento; dirigido a deportistas en beneficio mutuo de ambos países (MRECIC, 2009).

Indonesia es el país asiático con más jugadores argentinos en sus ligas, llegando a un total de veintisiete (Argentina.ar, 2013). Asimismo, existen algunos técnicos dirigiendo en el país. De hecho, el director técnico del Seleccionado de Fútbol de Indonesia es el argentino Luis Blanco. En diversas entrevistas comentó que el interés en contratarlo por parte de la PSSI (Federación de Fútbol de Indonesia) se basó en la admiración que sienten en aquel país por el fútbol argentino.

La cuestión deportiva se convirtió en un tema central durante la reciente visita presidencial argentina a Yakarta. En la ocasión, la Primera mandataria le obsequió una camiseta de la selección argentina al presidente indonesio Yudhoyono. Frente al interés indonesio por el deporte característico de nuestro país, la presidente Fernández ha aceptado iniciar un proyecto en el cual jugadores indonesios puedan ser entrenados (en Argentina) en el futuro (Jakarta Post, 2013).

Por otro lado, en los aspectos artísticos, el tango, en la última década, ha tenido su arraigo en el archipiélago. Se han formado distintos clubes, como el "Jakarta Tango Club", con el responsorio de la embajada argentina en Indonesia. Cabe resaltar que a finales de 2012 se llevó a cabo el primer festival internacional de Tango de Yakarta, que contó con la participación de varios artistas argentinos y que continuamente se está invitando a bailarines argentinos a participar en "milongas" en el país asiático. Asimismo, en diarios indonesios constantemente se publican artículos con referencia a las actividades de los clubes de tango y a la danza en sí (Jakarta Globe, 2013).

En los últimos años y promocionados por el Instituto para el Fomento de las Relaciones Indonesio Argentinas (FORINDAR), se han llevado a cabo diversas actividades con el motivo del fomento de la relación cultural entre los dos pueblos. Por ejemplo, el "Primer encuentro anual Argentina-Indonesia", llevado a cabo el 22 de octubre de 2012 en Buenos Aires y destinado a quienes quieran "conocer este país, sus características, su cultura, y quienes quieren generar un lazo entre ambas naciones" (FORINDAR, 2012a). También el "Foro de Promoción de inversión en el sector industrial", encuentro que se llevó a cabo en la embajada de Indonesia en Buenos Aires, el 30 de octubre de 2012 y que contó con la "presencia de alrededor de 30 empresarios indonesios representando varios sectores como alimentos, cauco, textil y energía. Además, con una sesión de 'businessmatching' con sus pares argentinos" (FORINDAR, 2012b).

En lo que respecta a las actividades del FORINDAR, es importante tener en cuenta la falta de información detallada acerca de sus actividades, lo cual puede generar dificultades para los interesados en aprender sobre la cultura o la lengua de Indonesia, y en sus intenciones de participar de alguno de estos eventos.

En los aspectos académicos es pertinente destacar que a través del Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno de Indonesia puso en práctica un programa de becas denominado "Darmasiswa"; creado en el año 1974 en el marco de una iniciativa de este país dentro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y ampliado a principio de los noventa para incluir a todos los países con los cuales Indonesia mantuviera relaciones diplomáticas. Mientras que Argentina no cuenta con un programa de becas internacionales o similares que permita difundir el idioma o la cultura nacional, los pocos existentes son destinados a extranjeros de países de habla hispana o del resto de Latinoamérica. La tendencia predominante en estas becas es su orientación hacia las ciencias exactas, físicas y naturales; quedando relegadas las de ciencias humanísticas o artísticas (Rubiolo & Ramoneda, 2012). Por lo cual no hay una política para fomentar el conocimiento mutuo en este sentido.

Tanto Argentina como Indonesia han demostrado intenciones de incrementar la participación en el marco de la cooperación Sur-Sur en diversas áreas. Como paso inicial en ese camino se han firmado acuerdos de diversas índoles: económicos, de protección de inversiones, de intercambio científico, de intercambio de conocimiento nuclear para fines pacíficos, etc.

Sin embargo, no se han diagramado aún estrategias o iniciativas que favorezcan la generación de un conocimiento mutuo. Situándose desde la óptica Argentina, se ha observado a lo largo de este trabajo que el fortalecimiento de las relaciones con la República de Indonesia se enmarca en la estrategia de diversificar los socios comerciales y buscar nuevos mercados. Estas acciones permiten disminuir la dependencia que se tenía de los socios tradicionales del centro (Europa y Estados Unidos). A pesar de esto, si no se pone un énfasis en la posibilidad de entrelazamiento cultural con estos nuevos socios (como el caso de las relaciones con Indonesia), estas intenciones pueden no tener el efecto deseado. Esto se puede deber a que la relación con este país sea esporádica, y no haya una acumulación real de experiencias que permitan superar las numerosas barreras que los separan.

Entonces, fortalecer el eje cultural de las relaciones bilaterales puede favorecer las relaciones comerciales que han tenido su auge en la última década. Si se logra vincular el conocimiento mutuo con los intereses comerciales de ambos países, se puede tener una mejor perspectiva a la hora de conocer qué productos con un mayor valor agregado se podrían exportar hacia Indonesia, qué no se puede exportar, o descubrir una mayor cantidad de nichos de mercados con posibilidad de ser explotados. Es decir, una profundización en la dimensión cultural de la política exterior hacia Indonesia podría contribuir en la estrategia de diversificación de productos de exportación, que busca reducir la concentración que existe en los productos con poco valor agregado.

 

Conclusiones

A modo de cierre, se presentan algunas conclusiones parciales con la intención de profundizar sobre ellas en trabajos posteriores. En primer lugar, y retomando el argumento central de artículo, la relevancia de Indonesia en la agenda externa Argentina se encuentra supeditada, al día de hoy, a su creciente participación como destino de las exportaciones del país. Es decir, que como segundo mercado de destino de las ventas locales en Asia, Indonesia se está constituyendo en un eje asiático para la inserción comercial argentina. La característica distintiva de este mercado es que se inscribe dentro de los países considerados del Sur –por sus condiciones socio-económicas y de influencia política internacional principalmente– y que muestra, a diferencia de China o India, un posicionamiento internacional similar al de Argentina, coincidiendo de esta manera con la estrategia de inserción que desde el ejecutivo argentino intenta implementarse.

Esta combinación ha despertado el interés por un acercamiento político diplomático que acompañe el devenir de las vinculaciones comerciales, que a su vez permita asegurar un flujo a futuro, y que contribuya a explorar nuevos nichos de inserción en el mercado indonesio para la producción local. Aunque este último objetivo tiene una naturaleza de mediano- largo plazo, el impulso dado con las visitas de alto nivel, realizadas desde mediados de 2012, resultan un paso promisorio en la apertura de nuevos espacios tendientes a una diversificación productiva. A propósito de la política exterior argentina hacia Indonesia –que puede replicarse a toda la región del SEA–, debe tomarse en cuenta que no es la primera vez que se da un impulso a las vinculaciones políticas con esa región –la administración menemista fue pionera en ese campo–; sin embargo, la discontinuidad de los esfuerzos por estrechar vínculos debilitó los lazos políticos bilaterales durante la pasada década. De allí que una política exterior que busque posicionar al país en el mercado asiático más amplio –básicamente, más allá de China– deba contemplar la continuidad de los esfuerzos de aproximación tanto bilaterales como multilaterales hacia Indonesia, así como la pluridimensionalidad de los mismos otorgando mayores espacios a temas energéticos, científicos, tecnológicos y culturales.

Uno de los principales desafíos en este sentido es la distancia cultural, y la falta de mecanismos para estrechar los lazos y generar un mayor conocimiento mutuo. Esta falencia dificulta la identificación de áreas potenciales de cooperación, que permitirían estrechar los vínculos Sur-Sur, más allá de lo estrictamente comercial. A su vez, la continuidad en las iniciativas de índole política –tanto en ámbitos bilaterales como multilaterales– es un elemento esencial para la construcción de espacios de intercambio político permanente y la identificación de intereses comunes.

Sin duda, Argentina e Indonesia se encuentran en un momento sin precedente en cuanto a la relación comercial y han dado significativos pasos en el acercamiento político. No obstante, la cooperación Sur-Sur es un tema pendiente en las agendas exteriores de ambos, y un asunto a ser incluido como próximo paso en una estrategia de mejoramiento de la inserción internacional.


Referencias

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