Fotografía tomada de: Bitácora EAFIT

Mario Posada nació el 4 de junio de 1926 en Medellín y falleció en 2018. Estudió ingeniería química en Nueva York. Al volver a Colombia montó con algunos socios una empresa de importación de tecnología, películas, discos y cámaras que se llamó Fotoelectro. 

En cuanto a su vida como fotógrafo, Mario Posada Ochoa cuenta que se especializó en las imágenes turísticas porque empezó a retratar todas las ciudades de Colombia. “Me encantaba la Costa Atlántica. Retraté a todo el país y de eso tengo un archivo muy valioso. Retraté también a La Florida y a Nueva York. Durante los cinco años que viví allá retraté a todos mis profesores y decanos y fui miembro del club que producía el anuario de la Universidad de Columbia. No sólo tomaba las fotos, sino que las revelaba porque tenía todo mi equipo en la universidad”.

 

 

Sobre el álbum Historia de Pictórica de Colombia

Durante los años sesenta muchas familias colombianas se ocuparon con entusiasmo de “llenar el álbum” Conozca a Colombia, ideado, editado y publicado por el señor Mario Posada Ochoa, fotógrafo dueño de Movifoto.  Luego de tan exitoso proyecto, don Mario se embarcó en otro, esta vez compuesto de cuatro álbumes, al que llamó Historia Pictórica de Colombia. Para ello encargó a reconocidos artistas del momento las imágenes para contar, según la mirada de cada uno, nuestra historia desde los tiempos precolombinos hasta la República. De este nuevo empeño don Mario solo editó y comercializó el primer álbum, un resumen del gran proyecto inicial, del que quedaron, sin embargo, las pinturas encargadas y el archivo escrito a máquina de los extensos textos completos del doctor Joaquín Pérez Villa, de los cuales, los que aparecerían en los álbumes eran solo fragmentos. 

Leer nota artística escrita por Claudia Ivonne Giraldo "Memorias de un álbum de láminas"

Obra publicada en el volumen 16, número 31  de 2019 de Co-herencia

La edición 31 de Co-herencia reproduce ocho imágenes del álbum Historia Pictórica de Colombia.     

Portada
Obra de Sergio Trujillo Magnenat. Batalla de Boyacá, 1819.
En las primeras horas del 7 de agosto de 1819 recibe el ejército libertador en la plaza de Tunja la orden de marcha. El Libertador busca cortar la comunicación de Barreiro con la capital. A las diez de la mañana observa que Barreiro toma el camino de Tunja a Santa Fe y manda a Santander y a Anzoátegui destruirlo donde lo encuentren. Los patriotas alcanzan al enemigo en la Casa de Teja al otro lado del Puente de Boyacá y atacan violentamente. Barreiro hace frente con dos batallones y parte de la caballería; Santander trata de impedir al jefe realista unirse al grueso de su ejército, pero éste burla al patriota y pasa la quebrada; queda Santander atrapado entre dos fuegos; Bolívar manda la Legión Británica en su auxilio. Ordena a Anzoátegui aniquilar el centro y lanza a los llaneros para reforzar el ataque. Los jinetes arrollan la artillería enemiga. Santander pasa la quebrada y pone en fuga la vanguardia realista, mientras Anzoátegui define la batalla. Quedaron en poder del Ejército Libertador 1600 prisioneros, entre ellos Barreiro y su segundo el Coronel Jiménez. Se ha sellado la Independencia de Colombia.

 

 

Solapa
Obra de Luis Rengifo. Sitio de Cartagena, 1815.
La más heroica y sangrienta página de la historia colombiana fue escrita durante el sitio que el Pacificador Morillo puso a Cartagena del 17 de agosto al 6 de diciembre del mismo año. Durante el centenar de días que estuvo sitiada Cartagena, tuvo que soportar cuatro tentativas de asalto, además de asedio permanente. El 6 de diciembre, después de 106 días de espantoso asedio, ocupó Morillo a Cartagena la que había perdido más de la tercera parte de su población y los sobrevivientes eran espectros ambulantes por calles y plazas. Las tropas sacaban cadáveres por carretadas; el olor del sahumerio se mezclaba con el de la cadaverina y nunca ojos humanos habían presenciado tal espectáculo de heroísmo y horror. El mismo Morillo afirmó que su entrada a Cartagena había sido “el día más amargo de su vida”. 

 

 

 

Obra de Sergio Trujillo Magnenat. Tertulia de El Buen Gusto.
Con el fin de lograr un sano esparcimiento, ilustrativo a la vez, fundó en la capital del Virreinato Doña Manuela Sanz de Santamaría de Manrique, el círculo denominado de El Buen Gusto, al estilo de las reuniones de moda en París. El fin buscado era una sana, pero culta e ilustrativa diversión para que, entre gracejos, adivinanzas, poemas, piezas literarias, lecturas y críticas de obras, los asistentes cultivasen su espíritu y estuviesen al día en los movimientos similares en Europa. Como más asiduos asistentes a esta tertulia figuraron Camilo Torres, José Fernández Madrid, Frutos Joaquín Gutiérrez, Custodio García Rovira, Manuel Rodríguez Torices y José María Salazar. Entre las obras de carácter burlesco producidas en el seno de estas reuniones figura La Tocaimada, obra del presbítero José Ángel Manrique, hijo de Doña Manuela. Esta cultísima dama, cultivadora también de las ciencias naturales, mereció elogios del Barón de Humboldt y de su compañero Bonpland. 

 

 

   

Obra de Sergio Trujillo Magnenat. Independencia de Mompós 1810.
Varios incidentes contra las autoridades españolas habíanse presentado en Mompós pero fue exactamente al tener noticia de lo ocurrido en Santafé de Bogotá el 20 de julio de 1810 cuando Mompós, sin poder contener la rebeldía que la rebasaba, publicó el 6 de agosto de 1810 a todos los vientos y sin temor alguno su “Libertad e independencia absoluta del Consejo de Regencia Español”. Acto seguido se procedió a expulsar del Cabildo y de los puestos de representación a los españoles adeptos a la monarquía, nombrando en su lugar hombres suyos, criollos auténticos como ellos. Los Próceres Doctores José María Salazar y José María Gutiérrez de Cavieres, iniciaron en Mompós y quizás en Colombia, la galería de mandatarios nacionales. 

 

 

 

 

Obra de Luis Rengifo. El juramento del Monte Sacro.
En compañía de su maestro don Simón Rodríguez llega el Libertador a Roma en el año de 1806 después de haber recorrido gran parte de Europa. Cierto día, los dos Simones acompañados de Don Fernando del Toro se encaminaron hacia la colina del Monte Sacro. Contemplaban las ruinas, impresionados con la antigua grandeza de la Roma de los Césares y con las depravaciones de aquel gran pueblo. Coronaron la cumbre rodeados por esa atmósfera de gloria y por las vislumbres maravillosas del sol poniente. El recuerdo de la patria esclavizada surgió en la mente de los viajeros. Bolívar, con los ojos húmedos, el rostro enrojecido y agitado el corazón, se vuelve a su maestro y jurando por Dios y por la patria, exclama: “¡No daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”. La historia se encargó de confirmar la gloria de tan heroica determinación. 

 

 

   

Obra de Luis Rengifo. Firma del Acta de Independencia.
El puñetazo o reyerta entre el chapetón González Llorente y los criollos produjo el gran incendio con el cual inició nuestra independencia de España. Entre lo más importante que se siguió a estos hechos, está la redacción del Acta de Independencia y la firma de este documento al amanecer del día 21 de julio de 1810, culminación de lo que habían planeado los próceres fundadores de la República. El Acta original desapareció lamentablemente en el incendio ocurrido en el año 1900. Según el Doctor Eduardo Posada el libro en que se escribió el Acta de Independencia había sido empezado el 4 de enero de 1810 y se terminó el 11 de diciembre de 1811.

 

 

 

 

Obra de Luis Rengifo. Batalla del Pantano de Vargas.
El 25 de julio de 1819, Barreiro, habiéndose dado cuenta de los movimientos de los patriotas y para aprovechar las excelencias militares del terreno, colocó a 3000 de sus hombres en el cerro del Picacho desde donde dominaba el Pantano de la quebrada Varguitas y otras comunicaciones con distintas poblaciones, poniendo a las fuerzas patriotas en difícil situación. Frente a las desmirriadas huestes de Bolívar que se movían en la llanura, Barreiro gritó a voz en cuello: “Viva España. ¡Ni Dios me quita la victoria!”. Viendo Bolívar perdidos regimientos y posiciones se dirigió al Coronel Rondón Jefe de la caballería, a quien gritó: “¡Coronel, salve usted la patria!”; Rondón y un puñado de apenas catorce lanceros de los llanos se abalanzaron como centellas, en épica y desatada furia y, mientras todo fue confusión y angustia, los héroes lanceros de Rondón ponían en fuga a los antes invencibles realistas. Una carga final que consolidó la victoria estuvo a cargo de la caballería del Alto Llano, los guías de la guardia y los de Apure.

 

 

Obra de Sergio Trujillo Magnenat. Semanario del Nuevo Reino.
El 3 de enero de 1808 apareció en Santafé de Bogotá el primer número del Semanario del Nuevo Reino de Granada, conquista de primer orden en la historia del periodismo colombiano. Ciento cuatro entregas del Semanario y once de Monografías, son prueba evidente de la tenacidad y espíritu científico de su fundador y animador Don Francisco José de Caldas, gloria de la ciencia y modelo de escritores. Fueron colaboradores del Sabio Caldas en su Semanario del Nuevo Reino, Don Jorge Tadeo Lozano, Don Joaquín Camacho, Don José Fernández Madrid, Don Francisco Antonio Ulloa, Don Miguel de Pombo, Don Frutos Joaquín Gutiérrez y el Padre Eloy Valenzuela. En sentir de Gómez Restrepo, en las páginas del Semanario apareció nuestra prosa científica “adulta y perfecta”. De física, geografía, medicina, estadística y comercio se trata ampliamente en las páginas de esta publicación, que tanto honra a la ciencia colombiana.

Conozca más sobre Mario Posada Ochoa. Nota de Elisa Restrepo publicada en Bitácora EAFIT.

Edición 2018 del álbum Historia de Pictórica de Colombia obra-negra-400.jpg