Presentación
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Estudios clásicos
Resumen
Al leer la frase “estudios clásicos”, no son pocos los que, insertos en el ámbito de las humanidades, tienden a vincular el significado de este con una idea plausible: se trata de un campo de trabajo o, si se quiere, de una actividad disciplinaria que consiste en volver la mirada al pasado y, en particular, a la Antigüedad griega y romana con el fin de propiciar una aproximación a los restos físicos y a las producciones del espíritu de ambas culturas. Quienes así reflexionan, ciertamente no se equivocan. Con todo, el estudio del mundo antiguo, del cual se ocupan “las clásicas” (como también se las conoce), va más allá -mucho más allá- de una simple aproximación: es un encuentro y, sobre todo, un reencuentro, siempre vacilante, precario y discutido, pero no menos fecundo, con un sinnúmero de materiales culturales (hablamos de ruinas, emplazamientos, columnas, bustos, estadios, acueductos, baños públicos, pero también de fragmentos de papiro, códigos, textos, notaciones musicales, inscripciones en piedra, etcétera), cuya búsqueda, descubrimiento, custodia, clasificación, lectura, cotejo, análisis, comprensión y explicación han contribuido a sentar las
bases de nuestra tradición occidental.